¿QUE ES EL MASOQUISMO?
Trastorno psicosexual en el que el placer sexual se obtiene al ser dañado o humillado por otra persona.
Placer o gratificación obtenido al sufrir malos tratos fisicos mentales o emocionales,
MASOQUISMO SEXUAL.
El masoquismo sexual es un trastorno psiquiátrico considerado parte de las parafilias, es decir, una “atracción anormal o antinatural”.
El masoquismo sexual se refiere a la participación en
actividades sexuales que incluyen ser golpeado, atado o padecer sufrimiento, lo que resulta en la
satisfacción sexual.
Los masoquistas también pueden infligir su propio dolor mediante pinchazos o asfixia. Cerca del 30% también participan en comportamientos sádicos.
Un método particularmente peligroso se llama hypoxyphilia (casi asfixia) y resulta en la reducción del nivel de oxígeno en el cerebro, lo cual suele causar la muerte accidental de algunas personas.
Las relaciones sadomasoquistas tienden a ser bien planificadas y suelen incluir el uso de una palabra especial que le indica al sádico cuando debe parar.
Síntomas
El comportamiento sexual masoquista suele ser evidente en la adultez temprana y comienza con el juego masoquista o sádico durante la infancia.
Estas fantasías, impulsos sexuales y comportamientos pueden causar problemas en algunos ámbitos de la vida.

Causas
No existe una teoría que explique las causas del masoquismo sexual, pero algunas teorías intentan explicar la presencia de parafilias sexuales.
Una teoría sugiere que las parafilias se originan debido a inadecuadas fantasías sexuales que se suprimen y se hacen más fuertes, ya que están prohibidas. Cuando finalmente se actúa sobre ellas, una persona está en un estado de angustia y excitación.
En el caso de masoquismo sexual, el comportamiento masoquista se asocia con la conducta sexual. También existe la creencia de que los individuos masoquistas realmente quieren estar en e el papel dominante, lo que provoca que se vuelvan sumisos o que sometan a los demás.
Otra teoría sugiere que el comportamiento sadomasoquista es una forma de escape. Actuando sobre sus fantasías, estas personas se sienten nuevas y diferentes.
Otras teorías sugieren que el trauma infantil (por ejemplo, el abuso sexual) o experiencias significativas de la infancia pueden manifestarse como un comportamiento exhibicionista.
Nathan, Gorman y Salkind ofrecen un resumen de las teorías sobre el tema:
“Los modelos de aprendizaje de comportamientos sugieren que un niño que es víctima u observador de conductas sexuales inapropiadas, aprende a imitar y refuerza estos comportamientos. Estos individuos pueden ser privados de contactos sexuales normales y buscan la satisfacción a través de medios menos aceptables“.
Los estímulos de dolor serían percibidos como 'normales' por personas que tengan comportamientos masoquistas.
Parece natural que el ser humano intente evitar todos aquellos estímulos que le proporcionan malestar, y entre ellos solemos pensar que el dolor es uno de los más importantes, ya que normalmente lo asociamos al sufrimiento.
Las relaciones entre placer y dolor son más complejas de lo que podemos creer. En la comprensión de esta relación extraordinaria una clave puede estar en las sustancias que produce el cerebro cuando sentimos dolor. Se trata de las endorfinas, unos opiáceos naturales de los que se sirve nuestro sistema nervioso para contrarrestar el dolor y el miedo.Sin embargo, se ha planteado que el verdadero objetivo del masoquismo se relaciona más con el poder y la sumisión que con el propio dolor.
Interpretación del dolor
El cerebro se comporta de forma distinta cuando un mismo dolor de intensidad moderada se compara con un dolor ‘peor' o con uno ‘mejor'. Las personas interpretan ese dolor moderado como placentero al compararlo con otro más intenso.
Proceso del dolor en un cerebro masoquista
En un interesante estudio realizado por la Universidad de Dusseldorf se comparaba, entre otros, a un grupo de personas con conductas masoquistas con un grupo de control que no mostraba este tipo de comportamientos. Para empezar, encontraron que el grupo de tendencia masoquista mostraba un umbral de dolor más elevado y valoraba la estimulación láser que se les aplicaba como significativamente más agradable en comparación con los controles. Y aún más interesante, utilizando la técnica de magnetoencefalografía observaron que, tras una primera estimulación táctil indolora, la aplicación del láser ocasionaba una mayor amplitud en la respuesta tardía del área somatosensorial primaria (S1) del cerebro. Los autores plantearon como una explicación tentativa la posibilidad de que las personas con conductas masoquistas sufran una alteración en la modulación del procesamiento de la información somatosensorial. Así, estímulos como el dolor, que en la mayoría de las personas aumentan la activación, serían percibidos como ‘normales' por aquellos con comportamientos masoquistas.